En
el momento de la negociación las emociones juegan un papel importante, ya que,
ellas pueden incidir directamente en el resultado de la discusión. Desde la
expresión de tu cara hasta el tono de voz son algunos de los elementos que tu
oponente puede analizar y poder sacar provecho a ello.
Por
esto, es importante que en primera instancia te conozcas a ti mismo, así como
es recomendable que tengas conocimiento de técnicas que te permitan manejar las
emociones en una negociación.
Por
lo antes expuesto, a continuación Vida Profesional describe algunas estrategias
para canalizar las emociones:
1.
Evita la ansiedad
La
ansiedad produce un estado de desasosiego como reacción a un estímulo que se
interpreta como amenazante, principalmente ante situaciones nuevas que tiene el
potencial para un desenlace no deseado. Evitar inquietarte durante una
negociación y para lograrlo es recomendable pulir tus habilidades en el arte de
negociar.
2. Maneja
la ira
Los
negociadores iracundos son menos exactos que los neutrales a la hora de juzgar
sus propios intereses y los de los demás. La ira puede conducir al deseo de
dañar al contrario. Para controlar la ira construye una buena relación con la
otra parte durante y después de la negociación.
3. Gestiona
la insatisfacción y el arrepentimiento
La
mayor parte de las negociaciones van a finalizar cuando cada parte haya
conseguido alguna de sus metas y no otras. Una mezcla de ganancias y pérdidas
que es natural que puedan provocar sentimientos positivos o negativos. Por
esto, una vez que se ha llegado a un acuerdo dedica unos minutos más
conversando para ver si existe alguna forma de mejorar el acuerdo para ambas
partes.
4.
Modera la alegría y la excitación
El
ganador en una negociación no debe jactarse de este hecho. Aunque resulte
desagradable sentirse decepcionado tras una negociación, peor aún es que tus
oponentes te echen en cara su victoria. En algunas ocasiones el mostrar
felicidad o excesiva excitación puede desencadenar la desilusión en los demás.
Los buenos negociadores tienen que saber poner una cara que manifieste las
emociones correctas en el momento adecuado.
Estas
técnicas son fáciles de aplicar, sólo debes prestar atención a tu entorno y a
tu contraparte para saber cómo reaccionar en un momento determinado.